Se acaba de publicar el nuevo libro de Enoc Segundo
Rojas Guzmán, titulado
Este nuevo poemario
y décimo quinto libro del
autor ha de presentarse en las próximas semanas dentro de un espectáculo
cultural, de poesía, danza, música, alquimia y hechicería, donde se
brindará con champan, vino, trago corto y pusanga, además se podrá degustar bocaditos dulces y salados,
y gaseosas sin alcohol.
Aquí algunos fragmentos de este nuevo libro
Tercera
Introducción
…Me hubiera gustado
haber escrito algo más conveniente que pudiera explicar el título de este libro
pero a pesar de haber escrito tanto, nada de ello me ha parecido adecuado de
poner aquí, y la verdad es que ya me da igual comentarlo o no, total tantas veces
me he equivocado que ya no importa si una vez más la rubia se pone su calzón y
se va. Eso sí, quiero dejar en claro que si a veces me equivoco es sólo para
darle un sentido artístico a la vida, para darle una atmósfera metafórica a la
rutina, porque qué sería de nuestras vidas sin la poesía o sin la posibilidad
de volvernos locos en el momento menos apropiado.
Séptima
Introducción
….Hay momentos en la
vida en que tenemos que hacerle frente a nuestros propios errores, incluso
cuando eso es lo último que quisiéramos, pero a veces no hay salida, ya no lo
podemos postergar y no queda otra que arrojarnos de cabeza desde un edificio,
incluso cuando siempre existe el riesgo de que en pleno vuelo no pueda
convertirme en murciélago, porque además de todo resulta que no sólo el verano
se llevó a la rubia sino que perdí el lugar donde sembré mi piedra favorita y
por eso ahora suelo regar un poquito por todos los lugares a donde voy, sin
embargo eso no ha sido suficiente…
Primer capítulo
(Poema fragmento)
Como nunca
quisiste
suicidarte por mí
preferí
arrancarme el corazón
y
conservar los huevos,
tragarme
todas
las fotografías donde estás calata
para
no tener que quemarlas
ni
volver a enviarte mensajes de humo
desde
la hoguera del tercer piso.
Segundo Capítulo
(Poema fragmento)
…siempre
estoy
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
caminando,
es que
necesito...
Tercer capítulo
(Fragmento)
Cuando
no
estás
aquí
me
parezco
a una
herida sin ser humano,
a un
pájaro negro sin cementerio,
a una
garrapata sin caballo viejo,
a un
corazón sin marcapaso ni reloj de arena,
a un
chancho enamorado de una hipopotama,
a una
llanta desinflada como una placenta de vaca,
a un
tomacorriente que le hubiera encantado ser consolador,
a un
libro quemado que nunca sabrá cual es el título que tenía,
a un
huevo podrido que no pudo caer en la cabeza de un político,
a un
gato atropellado que hubiera preferido ser una lata de sardinas,
a un
cigarrillo mal apagado que no pudo prenderle fuego a la fabrica,
a una
moneda oxidándose en el lodo porque no cayó en el tarro del músico callejero,
a un
supositorio que hubiera preferido ser un puñal ensangrentado,
a un
dragón que hasta ahora no quiere resignarse a creer que sólo es una lagartija,
a la
esquina de un edificio donde todas las mañanas se orina un perro vagabundo,
a una
llamada telefónica a las tres de la madrugada que nunca quise contestar,
a un
enfermo mental que odia las pastillas porque lo hace pensar que es un malagua,
a un
sancudo pegado en los restos de un frasco que servía para desinflamar
hemorroides,
a un
torbellino de polvo que ni siquiera puede levantarle el vestido a las
muchachas,
a una
ventana rota esperando que entre un vampiro a morder las generosas nalgas de
una muchacha desnuda,
a una
culebra de plástico que le hubiera gustado ser una mamba negra
para que le tengan un poco de respeto,
a un
camión que va dándose volantines mientras va cayendo juguetonamente hacia el
fondo de un abismo,
a un
río de pescados podridos que en realidad es la calle principal de la ciudad por
donde pasan todos los obreros después de un caluroso día de trabajo.