Nadie se ha dado cuenta pero tal vez la única misión de los seres humanos es arruinar el planeta arrasando toda forma de vida existente, sin embargo como ni siquiera hemos logrado eso …este año nos van a funigar
La televisión tiene como meta suprema volver imbéciles a todos los seres humanos y es además el medio de información que más ha promocionado la idea que este año nos van a clausurar al mundo. A mí me parece muy sensato y justo si cerraran al mundo y nunca más lo volvieran a reabrir, hace mucho tiempo Dios debería haber dinamitado al planeta, lo que pasa es que Dios es un tipo corrupto y se divierte viendo las aberraciones de los seres humanos, quitándole a los más honestos para regalárselo a los más inmorales. Sin embargo lo que no tengo claro es por qué, si la miseria de los seres humanos siempre ha sido la misma, por qué recién ahora nos pretenden embargar al mundo, desde luego creo que todo esto es un abuso de autoridad, además nos cogen en la era más escaldada de nuestra historia, porque si esto hubiera pasado en el renacimiento, en la edad de las luces, estoy seguro que cualquiera de esos putos filósofos hubieran encontrado una salida.
Por su puesto esta falacia de que el mundo se va acabar me parece una fantástica idea, un buen pretexto para analizar retrospectivamente nuestras miserables vidas y hacer algo bueno de lo que nos queda de ellas, recuerden que las oportunidades más importantes sólo uno vez se dan en la vida, nadie tiene la misma oportunidad por segunda vez, nuestros futuros aciertos no borran nuestros errores pasados, es mentira que podamos empezar nuevamente como si nada hubiera pasado, no podemos hacer de nuestras vidas fojas en blanco, sin embargo los peores errores son los que más nos enseñan, y no nos engañemos, no nos traicionemos, todos sabemos verdaderamente lo que hay que hacer en los momentos más importantes de la vida, y si no hacemos lo correcto, es sencillamente por nuestra escasa dignidad, aquí no hay confusiones, ni malos entendidos, todos sabemos perfectamente lo que estamos haciendo. Sin embargo de una o de otra manera, como todos somos feligrés de este enorme relleno sanitario que es el mundo, quiero confesarles que yo también me siento un poco avergonzado pues el año pasado publiqué un solo libro, en realidad fueron dos, pero Petróleos del Perú nunca me envió el libro que imprimió y como no lo he visto para mí ése no cuenta, por lo tanto prometo este año publicar cuatro nuevos libros, ustedes también para empezar el año bien prometan hacer algo bueno ¡vamos no sean cobardes! reafirmemos nuestros principios, seamos consecuentes con cada una de las cosas que palpita a nuestro alrededor, ¡maldita sea el mundo no se va a acabar!, el mundo sencillamente está cambiando, el mundo se está acomodando a estas nuevas circunstancias, los seres humanos no vamos a terminar con el mundo, circunstancialmente lo podremos arañar, roer un poco, lo único que aquí está en peligro somos nosotros mismos, que en realidad no es mucho, es más, sería un gran avance para el planeta que los seres humanos desaparezcan. El mundo no se nos va a acabar, no va a estallar en mil pedazos, ni la humanidad va a sucumbir por una gran guerra ni alguna bomba atómica, lo que va a terminar y está terminando con la humanidad es su propia inmoralidad, su propia estupidez, la constante depravada miseria de los seres humanos y a esto sólo podemos hacerle frente con dignidad, con honestidad. Esto ya lo había escrito en el periódico cuando apenas era un cervatillo, hace más de mil años y desde luego ya me había dado cuenta que los medios de información no son confiables. Seamos sinceros, seamos honestos y que cada tropiezo que tengamos en la vida sea un pretexto para reafirmar nuestros principios.
Después que Dios echó a Luzbel del cielo por pura envidia, se han sucedido muchos dioses en el cielo. Este Dios que tenemos en la actualidad es el más mediocre e imcompetente de todos. |
Por su puesto esta falacia de que el mundo se va acabar me parece una fantástica idea, un buen pretexto para analizar retrospectivamente nuestras miserables vidas y hacer algo bueno de lo que nos queda de ellas, recuerden que las oportunidades más importantes sólo uno vez se dan en la vida, nadie tiene la misma oportunidad por segunda vez, nuestros futuros aciertos no borran nuestros errores pasados, es mentira que podamos empezar nuevamente como si nada hubiera pasado, no podemos hacer de nuestras vidas fojas en blanco, sin embargo los peores errores son los que más nos enseñan, y no nos engañemos, no nos traicionemos, todos sabemos verdaderamente lo que hay que hacer en los momentos más importantes de la vida, y si no hacemos lo correcto, es sencillamente por nuestra escasa dignidad, aquí no hay confusiones, ni malos entendidos, todos sabemos perfectamente lo que estamos haciendo. Sin embargo de una o de otra manera, como todos somos feligrés de este enorme relleno sanitario que es el mundo, quiero confesarles que yo también me siento un poco avergonzado pues el año pasado publiqué un solo libro, en realidad fueron dos, pero Petróleos del Perú nunca me envió el libro que imprimió y como no lo he visto para mí ése no cuenta, por lo tanto prometo este año publicar cuatro nuevos libros, ustedes también para empezar el año bien prometan hacer algo bueno ¡vamos no sean cobardes! reafirmemos nuestros principios, seamos consecuentes con cada una de las cosas que palpita a nuestro alrededor, ¡maldita sea el mundo no se va a acabar!, el mundo sencillamente está cambiando, el mundo se está acomodando a estas nuevas circunstancias, los seres humanos no vamos a terminar con el mundo, circunstancialmente lo podremos arañar, roer un poco, lo único que aquí está en peligro somos nosotros mismos, que en realidad no es mucho, es más, sería un gran avance para el planeta que los seres humanos desaparezcan. El mundo no se nos va a acabar, no va a estallar en mil pedazos, ni la humanidad va a sucumbir por una gran guerra ni alguna bomba atómica, lo que va a terminar y está terminando con la humanidad es su propia inmoralidad, su propia estupidez, la constante depravada miseria de los seres humanos y a esto sólo podemos hacerle frente con dignidad, con honestidad. Esto ya lo había escrito en el periódico cuando apenas era un cervatillo, hace más de mil años y desde luego ya me había dado cuenta que los medios de información no son confiables. Seamos sinceros, seamos honestos y que cada tropiezo que tengamos en la vida sea un pretexto para reafirmar nuestros principios.