Hoy,
estuve buscando
toda la mañana mis lentes,
pero por más que los busqué
no pude encontrarlos
por ninguna parte,
y cuando ya me iba a dar por vencido
recordé que …¡yo no uso lentes!,
entonces,
me puse a pensar
que cuando sea viejito,
sí tendría que usar lentes
aunque lo mejor sería
tener un perro guía
para así poder mirar
a través de los ojos del perro.
También quería contarles
que he perdido gran parte de las portadas de los archivos del internet, por eso
antes de perderlo todo, he decido colgar las portadas más antiguas que tengo,
pero cuando he querido hacerlo, no he podido por más que lo he intentado de una
y otra manera, el software no funciona como debe ser, las fotografías
saltan por otro sitio y cuando quieres borrarlas tampoco puedes hacerlo. el
sistema está epiléptico, tartamudo y gangoso. Así es que he tratado de
recuperar, colgar a través de los servidores e incluso de comunicarme con
alguno de los responsables del servicio técnico de Google, pero ningún hijo de
la verga me responde. Después de insistir y preguntar a tantos especialistas me
dicen, que ya no existen servidores, que a las empresas lo único que les
interesa es ganar mucho dinero con las redes sociales y las páginas especializadas
como los blogs se han dejado de lado, es por eso también, que muchos otros por
más que trataban de comunicarse con Google, ni siquiera ha habido alguien quien
los mande a la mierda. En mi caso fueron tantas las veces que trate de
comunicarme con ellos que hasta la costumbre me quedó, por eso hasta ahora les
escribo, pero sólo lo hago para insultarlos. Sin embargo, continúo tratando de
recuperar mis portadas más antiguas, por eso si alguien de ustedes, por favor,
ha guardado esas portadas me escribe o me da una llamada.
Y de tanto buscar
encontré las antiguas fotos de la rubia y sus amigas, en las playas de
Huanchaco, con su viejo muelle, desde donde nos arrojábamos al mar, había que
ser valientes para arrojarse desde esa altura como románticos suicidas por pura
estupidez. Nos íbamos a la playa y por esos días nos dedicábamos a pescar, a
pescar turistas rubias. De ahí que nos hicimos muy amigos de la rubia, bella, hermosa,
delicada, pero babosa. A mí la rubia siempre se me hacía la estrecha, la tímida,
virginal, pero inmediatamente me di cuenta que la rubia en lugar de vagina tenía
un aeropuerto.
La segunda vez que nos
encontramos en la playa fue mágico, espiritual y místico; ya iba a caer el Sol
y el crepúsculo lo inundaría todo en una atmosfera romántica y poética. Hacía
un poco de frío y yo en trusa de baño estaba en las orillas de la playa mojándome
los pies pues no quería volver a meterme al mar por lo fría que estaba el agua,
pero entonces, pasó por mi lado la rubia bella, usando un bikini pequeñísimo, me
miró directamente al centro de mi existencia y empujándome a un lado me dijo
desafiantemente, …no vas a entrar, …ya te dio frío. Y de un sólo chapuzón se
arrojó al agua, chapoteó entre las olas un momento y luego salió mirándome directamente
a los ojos como diciéndome, ¡…no te vas a bañar?. A mí no me quedó otra que
arrojarme al agua de cabeza con lo fría que estaba, pero cuando salí la rubia
pendeja ya no estaba, no me miró haciendo peripecias en el agua, no tuvo el
gusto de ser testigo de mi valentía. Vi a la rubia a la distancia alejándose
mientras el viento de manera musical mecía su cabello. En esos instantes el
crepúsculo lo bañaba todo con su máximo esplendor, todo era mágico y esotérico,
y sin embargo yo de tanto frío, ya me había cagado un poquito.
Los mochileros les dicen, porque sólo en una o dos mochilas llevan lo
esencial para hacer turismo a cualquier parte, era de esta manera que la rubia
y sus amigas, iban por todas las playas del continente, de país en país
persiguiendo al verano. Nunca gastan en hotel, nunca gastan en taxis, siempre
están pidiendo aventones. Me invitaron a ir con ellas, “a vivir ese sueño de
libertad absoluta, sin preocupaciones, de dormir en donde te agarra la noche,
de arreglártelas para vivir sin gastar casi nada, de quedarte a dormir en la
playa o el campo o compartir todos un cuartito pequeño”. Sin embargo, les
expliqué que yo necesitaba más cosas para vivir, que no soy de pedir favores,
aventones o descuentos. Tampoco vayan a creer que soy un arrogante de mierda,
porque sí lo soy, pero no lo voy a admitir, menos aquí.
Y sin embargo la última noche la pasamos tan bien, que al despedirnos, la
rubia bella pero babosa me dijo, tenemos que hacer un Pacto de sangre, para que
esta amistad no se borre nunca y nos volvamos a encontrar, tenemos que hacer un
Pacto de Sangre. Y yo le dije, no, no, aguanta, aguanta, qué es eso. Me explicó
que te haces un corte no muy grande en las venas de la muñeca e inmediatamente
juntamos las heridas abiertas para que la sangre de ambos se entrevere y así
fluya en nuestros cuerpos. Yo en todo momento le decía, no, no, aguanta,
aguanta perra. No quería hacerlo, apenas la conocía y sentía desconfianza, peor
con todas las enfermedades contagiosas que hay. Sin embargo, sin que me diera
cuenta, me hizo el corte, ella se cortó también, juntó apretando nuestras
heridas abiertas haciendo el Pacto de Sangre. Es así que al día siguiente se me
infectó toda la mano, al siguiente día me detectaron Sida, a los dos días me
dio Lepra, a la semana me dio Cáncer y terminó por salirme hemorroides en culo.
Por eso ahora he decidido nunca más hacer un Pacto de Sangre, ustedes tampoco lo hagan, peor ahora que morirse se ha puesto tan caro, que con el tiempo no nos va a quedar otra que dedicarnos a Walking Dead.
…Total
esto ha sido todo por hoy niños,
y es que como siempre
me dicen
que escribo mucho
esta vez he tratado de
ser breve,
…sin embargo
creo que no lo he
conseguido,
pero por lo menos
espero que les haya
gustado
y si no es así, …váyanse a la verga.
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