viernes, 20 de septiembre de 2013

El avance tecnológico como la riqueza sólo lo disfrutan unos pocos, pues se sabe que el 70 por ciento de la población mundial es pobre. 

EVOLUCIÓN  O  INVOLUCIÓN

A mí me parece que todas las religiones se hicieron sólo para confundir a los seres humanos y apartarlos de su verdadera espiritualidad.

NI CON DIOS NI CON EL DIABLO


Dentro de 30 años el hombre podrá vivir hasta los 130 años, éstas son las expectativas más modestas de algunos biólogos científicos porque hay otra parte de ellos que cree que en los próximos años las expectativas de vida serán increíbles; es que en los laboratorios ya se ha podido hasta duplicar la edad de algunos animales. Sin embargo hay que aclarar que es en estos últimos tiempos que el hombre se preocupa tanto por los años, ya que en la antigüedad nadie contaba su edad, fue sólo a fines de la Edad Media cuando empezaron a construirse los primeros relojes de la historia y es desde ahí en adelante que los relojes han dominado nuestras vidas en todas sus facetas. Con el transcurso de la historia, la humanidad se volvió cada vez más superficial y falsa, el ser humano se apartó de su esencia, olvidando que es parte de la naturaleza y del universo, hasta llegar a lo que es en realidad ahora, un chimpancé. Y es que la gente quiere compensar su mediocridad comprando el celular más caro, pretende cubrir su miseria adquiriendo el televisor más moderno, dejando que este sistema haga de nosotros seres ridículos. Nos hemos apartado de nuestra esencia, nos hemos apartado de nuestra identidad y te recuerdo que el universo en esencia es un equilibrio, las estrellas y los planetas existen gracias a esta armonía. Y son estos mismos principios los que rigen nuestras vidas, se los recuerdo porque algunas personas viven creyendo que nuestros actos no tienen ninguna consecuencia, y eso es lo más estúpido que alguien pueda pensar. Cada vez que cometes un acto de maldad, el universo te dará lo mismo, de igual manera cada vez que hagas un buen acto, el universo te recompensará de la misma manera, sino fuera así el universo hace mucho hubiera explotado. Y cuando me refiero a este tema no estoy hablando de Dios o el Diablo, o de alguna de esas falsas sectas evangélicas o católicas que lo único que han hecho es haber tergiversado nuestro sentido de la espiritualidad, cuando me refiero a este tema estoy hablando de la esencia misma de la vida, de la esencia misma de la existencia, de poder entender qué es lo que realmente somos. Por eso es tan importante...
...Por eso es tan importante saber qué es lo que realmente queremos en la vida, y existe una manera de saberlo con toda seguridad y aquí te la dejo: cuando te encuentres solo, cuando no haya nadie quien pueda verte, quien pueda interrumpirte, coge una hoja en blanco, un lapicero o algo con que escribir y empieza a anotar qué es lo que más deseas en la vida, has una lista, no importa si empiezas con cosas sin importancia, no importa si haces trampa, sigue escribiendo, pensando en lo que más deseas, no importa el orden, continua haciendo la lista, porque ya sea antes o después, siempre llegará el momento en que escribas aquello que realmente deseas con todas tus fuerzas y cuando eso pase, cuando escribas lo que realmente deseas, tendrás ganas de llorar, te darás cuenta que siempre supiste lo que querías, no importa cuanto lo hayas ocultado, no importa cuanto lo hayas negado, te darás cuenta que siempre estuvo ahí, y llorarás, no importa cuanto lo ocultes, siempre estará ahí y por eso llorarás. No puedes engañarle a tus sentimientos. Todos somos plenamente consientes de cada uno de nuestros actos, la verdad siempre es limpia y clara, lo que pasa es que este mundo y sus miserias nos ha transformado el algo que nunca quisimos. Sin embargo la espiritualidad, la armonía, esa magia que hace posible  la existencia de cada una de las cosas, está todavía en nosotros. No la evites, no la ocultes, déjala salir, aprender a ser sinceros con nosotros mismos es el primer paso para empezar a hacer las cosas bien. Es que aunque no lo aceptemos la mayor parte de nuestras metas son dañinas para nuestra vida, sin embargo persistimos en aquello que nos sigue haciendo daño. Es por eso que dándome cuenta de esto, hoy mismo he decidido cambiar mi vida, he dejado de rezarle al ventilador malogrado y lo he arrojado por la ventana del segundo piso, voy a ponerme al día con todos mis proyectos, voy a presentar mi nuevo libro que he terminado de imprimir, y para sellar este compromiso he decidido comerme el huevo frito que guardo en el refrigerador desde hace más de cinco años.   

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