Esta
noche
otra
vez
he salido a buscar
el cuaderno de poemas que perdí hace muchos años.
Era
invierno
recuerdo
aunque en realidad ya no lo recuerdo,
sin
embargo supongo que era invierno porque todos los inviernos recuerdo al
cuaderno de poemas y no importa donde
esté siempre salgo a buscarlo.
Fue
por
esos
días
que
empecé a dividir mi vida en silabas y estrofas como si yo fuera un personaje
secundario de uno de los más malos poemas que he escrito en la vida.
AHORA QUE
RECUERDO, aunque siempre recuerdo mal, me parece que lo
olvidé en una de las bancas de mármol de la plaza principal, o tal vez fue en
la heladería, o tal vez en el cine, o tal vez en todas partes e incluso en aquellos lugares por donde ni siquiera pasé. A pesar de
los años todavía salgo a buscar el cuaderno de poemas y hoy me he puesto a
buscarlo en esta banca de mármol de la plaza principal, lo busco por los
costados, lo busco alrededor, pero no lo
encuentro por ningún lado, entonces me echo a dormir un rato en la banca como
hace 10 años atrás, como hace 5, como
ayer y pienso que tal vez podría pasar la noche aquí, dormir
sobre cartones y taparme con periódicos, …sí, es una buena idea pasar la noche
aquí y ser uno más de los locos que duermen en los parques
pues
prefiero la locura
que la estupidez de este mundo mediocre
que hace pasar a los imbéciles por genios.
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